«Yo soy la Reina de Bastos y esta es mi historia.
Mis hijos pueden ser una banda salvaje, yo soy el que acudir en busca de la templanza. Yo soy su consejero espiritual. Tengo una manera calmante sobre mí que suaviza incluso las plumas más volantes.
Es una buena cosa, porque el fuego de mi clan puede hacer que todos en mi familia de sangre caliente, y los ánimos se ejecuta alto. I calmar egos magullados, y servir como mediador en acalorados debates.
Se ha tomado el tiempo para cultivar estos aspectos de mí mismo. He aprendido las formas de conexión, el equilibrio y la prudencia espiritual a través de la edad y madurez. He observado el comportamiento de mi pareja y prole, y se enteró de que la lucha contra el fuego con fuego, es ineficaz en comparación con el enfriamiento en la bondad.
Esto no quiere decir que estoy sin estribos. Por el contrario, el color en mis mejillas se eleva cuando mi autoridad es usurpada, sobre todo cuando mi fe es desafiada. Pero en lugar de tomar represalias, he encontrado tácticas sutiles como encanto, humor y hablando por los rivales en una voz baja y tranquila para ser mucho más productivo.
He dedicado mi vida a las formas de espiritualidad y creatividad. Me encanta atender las semillas del espíritu, y me planto estas semillas de una manera persistente tranquila a la gente a mi alrededor. Todas mis palabras tienen un significado subyacente, y hablan con un propósito. Mis temas sólo pueden escuchar mi voz superficie, pero estoy a propósito sembrar semillas de bien la intención en sus corazones mientras hablo.
Me encanta mi pueblo y mi familia. Como la Reina de Bastos, me encanta estar en mi pueblo, y ser visto por ellos. Sé que me adoran, y me encuentran para ser bella, noble y verdadero. Cuando observo esto en ellos, es muy satisfactorio.
Creo que mi gente adora y emulan mí debido a mi humildad y mi capacidad de escuchar. Hago todo el mundo se sienta especial y necesario, y nunca descarta las ideas de otro. Todo el mundo tiene una voz, y cada uno tiene un valor espiritual para ofrecer. Me gusta escuchar a ese valor y fomentar su crecimiento dentro de cada persona.
Como la Reina de Bastos, sirvo con honor, y yo sigo noblemente la armonía y el equilibrio en mi reino.
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